Israel puede dividirse en cuatro regiones geográficas: tres franjas paralelas que corren de norte a sur y una gran zona árida en la mitad sur del territorio.
La planicie costera corre paralela al Mediterráneo y está formada por una costa arenosa bordeada por fértiles campos agrícolas que se internan hasta 40 km. al interior del país.
En el norte, la costa se ve interrumpida por escarpados riscos de piedra arenisca y calizas que caen sobre el mar. La planicie costera alberga a más de la mitad de los 7 millones de habitantes de Israel, e incluye importantes centros urbanos, puertos de aguas profundas, la mayor parte de la industria nacional y gran parte de su agricultura y de sus instalaciones turísticas.
Rosh Hanikra, en el norte de la costa mediterránea
(Foto: M. Horneman)
Varias cadenas de montañas corren a lo largo del país. En el noreste, los paisajes basálticos de las Alturas del Golán, formados por erupciones volcánicas, dominan el Valle del Jula. Los montes de la Galilea, principalmente compuestos de calizas y dolomitas, alcanzan una altura de 500 a 1.200 metros sobre el nivel del mar. Pequeñas corrientes de agua permanentes y una precipitación pluvial relativamente alta, mantienen la zona verde durante todo el año. Los habitantes de la Galilea y del Golán, se dedican a la agricultura, a empresas relacionadas con el turismo y a la industria liviana.
El monte Hermón (Foto: S. Lederhendler)
El Valle de Jezreel, que separa las montañas de la Galilea de las de Samaria, es la zona agrícola más rica de Israel, cultivada por varias comunidades cooperativas (kibutzim y moshavim). Los ondulados montes de Samaria y Judea (la Cisjordania) presentan un mosaico de cumbres rocosas y valles fértiles, salpicados de olivares centenarios. Las laderas escalonadas en forma de terrazas, ya cultivadas desde tiempos antiguos, han pasado a ser parte natural del paisaje. La población se concentra principalmente en pequeños centros urbanos y grandes pueblos.
Judea y Samaria (Foto: M. Horneman)